Ya vimos en el primer capítulo cómo los computadores tienen dos realidades: el Hardware y el Software, y cómo el Software escapa de lo tangible y evidente.
Concepto dos: El mundo de la información se emancipa de leyes que limitan el mundo físico.
Debemos primero comprender un concepto que viene de la Economía: El principio de rivalidad. El principio de rivalidad se da en el mundo físico, cuando un bien impide ser consumido simultáneamente por más de una persona. En otras palabras, si yo tengo dos manzanas, y te entrego una a ti, me quedo con solo una. Las dos manzanas no pueden ser comidad entera por ti y por mí a la vez.
Este principio de rivalidad presenta una realidad donde existe una escasez (no hay infinidad de bienes para compartir), y esto es tremendamente importante, porque es desde esta limitante desde donde se tienen que desarrollar todos los intentos de teorías económicas del mundo físico.
Ahora, recuerdan que en el capítulo 1 hablamos de cómo la realidad del Software es fundamentalmente distinta a la realidad del Hardware? Pues bien, el Software y la informática pertenecen a un brazo del reino de la información y las ideas, y éste, es un mundo que se ha emancipado del principio de rivalidad. Por ejemplo, si yo tengo una idea o información, y la comparto contigo, yo no dejo de tenerla. Ambos podemos gozar de información sin causar pérdida en el otro. Asimismo ocurre con las obras artísticas, literarias, musicales, y todo lo que podemos, por ejemplo, copiar digitalmente. Hacer una copia de un libro digital (una vez que el libro ya está escrito y digitalizado, claro) es un proceso que tiene un costo cercano a cero.
Al estar el reino de la información libre del principio de rivalidad, nos permite una libertad mucho más amplia para comenzar a pensar en modelos económicos, ya que tenemos básicamente una abundancia sin límites, es como si tuviéramos a Jesucristo multiplicando los panes.

Fugel, Gebhard: Fresco de Cielo de St Stephan de Moggast (ppos S XX)
Hasta los años 1970, la realidad de la informática y computación existía solo en grandes laboratorios, centros de investigación (generalmente de universidades) y empresas. Los computadores existían en grandes salas y ocupaban mucho espacio. Se llamaban mainframes.

La leyenda cuenta que, a finales de la decada de 1970, cuando se empieza a desarrollar la tecnología que permite hacer computadores pequeños, portátiles, y algunos pioneros comienzan a vislumbrar que en el futuro los computadores ya no estarán solo en centros y universidades sino en las casas de personas y familias comunes, los intereses capitalistas de algunas empresas deciden (a través de las herramientas de publicidad, marketing y relaciones públicas evolucionadas a partir de los trabajos de Edward Bernays, sobrino e implementador de los desarrollos de Freud en el consumo, retail y manejo de masas) proyectar un encantamiento sobre los consumidores, en el cual la concepción del sentido de rivalidad sería heredada hacia este nuevo mundo de la informática.
De esta forma, los consumidores no se cuestionarían, y aceptarían fácilmente el consumo y pago de bienes informáticos, tal y como si fueran bienes físicos, limitados por el principio de rivalidad. Es por esto que hoy podemos, sin mucha duda, pagar una licencia de $230.000 pesos chilenos por una copia de Windows, o $60.000 por un año de Microsoft Office (valores actualizados al 23/julio/2024), pese a que para la empresa Microsoft, el costo de entregarnos una licencia (una vez desarrollado el software) es prácticamente cero. Prácticamente, descubrieron una gallina con huevos de oro, lo que les permite hoy, según Forbes, ser la octava empresa más grande del mundo, con un valor de sobre los 3.000 billones de dólares.
Existen otras problemáticas profundas relacionadas con los modelos de empresas como Microsoft, Apple y Google, los que expondremos más adelante en esta serie, pero por ahora el concepto que debes manejar es que el Software y la Informática pertenecen al reino de la Información, el cual está emancipado del principio de rivalidad, sin embargo estas empresas se esfuerzan en generar una escasez artificial, la cual comienza consiguiendo que percibamos la economía de la información como si estuviera limitada por las leyes del mundo físico.
Y te dejo una pregunta… Ya que estamos libres del principio de rivalidad, qué modelos económicos éticos y sostenibles podríamos desarrollar para el desarrollo tanto de software como de obras creativas?
Agradeciendo siempre nos ayudes a difundir nuestro trabajo, nos vemos en una próxima entrega.
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